Agua

Cachalote, no sabes cuánto te echo de menos. Miro tu pecera vacía y se me parte el alma. Y a mis nenus que las tengo tan lejos, ni te cuento, Cachalote. Te dejo este vídeo que me recuerda nuestras conversaciones, tú en el agua y yo contándote cosas amargas que parecía que no te importaban porque te reseteabas cada dos minutos. Yo quisiera ser un pez para poder resetear muchas cosas, sobre todo aquellas que otra vez vuelven a martillear y que me hacen comportarme del modo que menos me gusta. Cachalote, probablemente te importara un pimiento lo que te decía, pero me calmabas, era como cuando estoy triste y abrazo a Charlot, entonces la tempestad, los rayos, los truenos y los tormentos dejan de serlo y me siento recogida,llena de calor, calmada y con un sentimiento de paz y tranquilidad al que no llego sola. Vosotros y yo nos queremos sin ningún tipo de condición, pase lo que pase, sean las cosas como sean, por eso siempre volvemos a estar cerca, aunque a veces no estemos juntos. HOy ya hace dos semanas que no estás y ya no volverás, te quedarás allí, en el cielo de los peces, pero hoy más que nunca estás cerca de mí.

Hoy estoy yo dentro de tu pecera sentada en las piedrecitas del fondo con la cabeza apoyada en mis manos esperando que una marea dulce me arrastre a otro lugar, porque este sitio, este donde estoy ahora me ahoga.






Cachalote, lo peor es que me siento así, pero me comporto de esta manera:





Vuelvo a las andadas, aunque sabes que no soy mala.