martes, diciembre 22, 2009

LA ESCOBILLA NACIONAL EN ANTENA 3





DESPEGAMOS CON LA ESCOBILLA NACIONAL EN ANTENA 322/12/09 QUERIDOS AMIGUITOS,
HACE TIEMPO QUE NO ME PRODIGO POR AQUÍ PORQUE HE ESTADO VERY OCUPADA.

HOY ME CONECTO PARA DAROS UNA BUENA NOTICIA:

EN ENERO ARRANCAMOS UN NUEVO PROGRAMA MUY DIVERTIDO QUE SE LLAMA "LA ESCOBILLA NACIONAL" Y QUE PODRÉIS VER EN ANTENA3.
TODAVÍA NO SABEMOS FECHA DE ESTRENO, PERO OS LANZAMOS UN ADELANTO CON MUCHO AMOR:




LA PÁGINA ES ÉSTA:

http://www.antena3.com/PortalA3com/La-escobilla-nacional/P_9262245

ESPERO QUE OS GUSTE Y QUE NOS SIGÁIS.

POR OTRO LADO OS SALUDO Y OS DESEO UNAS MERRY CHRISTMAS AND A HAPPY NEW YEAR QUE SEA MEJOR QUE EL QUE DEJAMOS.

martes, agosto 11, 2009

EL AMOR, ACTO MECÁNICO




Hoy os voy a escribir un texto extraído de "¡Espérame en Siberia, vida mía!" de Enrique Jardiel Poncela, novela que os recomiendo encarecidamente ( http://es.shvoong.com/books/407853-esp%C3%A9rame-en-siberia-vida-m%C3%ADa/ )

Novela hilariante, muy entretenida, y sin más pretensión que hacerte pasar un buen rato desmontando mitos amoriles con esa fluidez magistral de Poncela y como cualquier otra obra de humor que nace de los grandes dramas o de las grandes verdades (no menos dramáticas y mierdosas) Jardiel Poncela nos hostia con grandes verdades a base de carcajadas. Como siempre, y una vez más con este libro sin ningún otro objetivo que hacerte pasar un buen rato (y es por esa razón que es una joya) te vuelves a dar cuenta mientas lo haces, de que es mucho mejor reirte de aquello que en realidad te haría llorar. Aunque pensándolo bien, depende para quién el texto que voy a copiar a continuación igual no es muy gracioso; más que nada por el regusto amargo que tiene siempre aquello que es escéptico, para quien tiene fe, obviamente.
Yo no sé si alguien lee esto y si quien lo lee tiene fe o no en las cosas del querer, pero en realidad da un poco igual, es cuestión de tener sentido del humor. Si tenéis sentido del humor todos a los que os hayan roto el corazón por vigésimo quinta vez (gente que incluye a los escépticos y a los creyentes en la fe de algo que es casi más increíble que que exista un Dios, es decir, el amor romántico) os recomiendo este libro. Sobre todo a los que os han roto el corazón por vigesimo quinta vez recientemente y ya hayáis superado esa primera fase en la que todo apunta a que el Apocalipsis está cerca, a que no va a haber futuro en vuestra vida sentimental y sólo queda la resignación del celibato o de la ninfomanía, a que no te vas a poder enamorar de absolutamente nadie ni en 500 años y que no vas a encontrar a quien amar ni en 300 siglos, y desde luego eso incluye no encontrar ni a tu media naranja, ni a tu medio limón, ni al amor de tu vida, ni a tu futuro maltatador.... a tí que ya has pasado la fase de la negritud infinita y que la miras con una sonrisa en la boca pensando en lo idiota que has sido. A tí que estás en la fase "me da igual, en realidad ahora me doy cuenta del peso que me he quitado de encima, de la liberación, de lo a gustico que estoy yo sin comerme la cabeza por tonterías y por quedarme más rato cuando no me siento a gusto". A tí que en realidad ya te estás empezando a dar cuenta de que que se acabe una historia ( más o menos) romántica es en la mayoría de los casos lo mejor que te podría pasar te dedico este texto incluído en la novela de la que te he medio-hablado.

:-D

Ahí va:

(El texto va enmarcado, y dentro del marco se lee una frase que reza así: Esto no debe leerse porque es muy inmoral)

EL AMOR, UN ACTO MECÁNICO

Un acto mecánico, sí. Tan mecánico como lo fue el acto de colocar la cúpula de San Pedro en Roma. Tan mecánico como Rada.

Se ha amontonado demasiada literatura sobre este acto; se le ha elevado a la categoría de sentimiento y los hombres persiguen a las mujeres murmurando conceptos poéticos o filosóficos. Y las mujeres les sonríen a los hombres con aire entre tierno y celestial. El macaco humano, harto de pelar cacahuetes, se obstina en desenvolver marron glacés. ¿Y qué? COn cacahuetes o con marrons glacès jamás dejaré de ser macaco.


TE AMO... TE ADORO.... ¡MI ALMA!...¡CORAZÓN MÍO!...Palabras superficiales: el papel brillante del marron glacè....Porque el amor y el marrón glacè son una misma cosa: esplendor por fuera; y por dentro, una castaña helada.

¿Qué es Te amo? ¿Qué es Te adoro? ¿Y qué es Alma y Corazón si nadie dice la verdad más que al decir TE DESEO?...

Las civilizaciones, esos carros de guerra, bajo las ruedas y las patas de sus caballos, van dejando despachurrados montones de verdades purísimas. EL desdeo era una verdad, mas llegó la civilización trayendo el refinamiento del sommier y la verdad del deseo se convirtió en la mentira del amor, dentro de la cual vivimos todavía.




Sin embargo.... A veces se rasga el velo de Isis y le descubrimos a la diosa el ombligo, que es como una flor de loto mecida por la brisa del Delta. Y entonces vemos desconsolados que el amor, despues de todo, no pasa de ser unacto mecánico: el ajuste de dos piezas, el émbolo y la cajua, la tuerca y el tornillo.


¿Por qué poetizar cosa tan prosáica? No nos dejemos conducir por los perturbados que han hecho una misopsiquia de una neuralgia o un escepticismo de un ataque de gota. La poesía es el camino más corto para llegar al error.
Si nos emborrachamos con el macharnudo de lo poético cada tanguista nos parecería una Duplessis, cada balcón con tiestos un jardín colgante de Babilonia, cada exceso de bilis un rasgo de carácter enérgico y cada estremecimiento del útero una pureba de inmarcesible amor.

¡Cuidado! La selva del mundo está plagada de trampas.








Pronto les narraré mis historias Neoyorkinas, desde luego no tienen desperdicio!

jueves, julio 09, 2009

Set me free



Hoy también me levantaré como cada día.
Me haré un café con leche sin lactosa,
Me sentaré y empezaré por pensar en alguna tontería
para no pensar demasiado. Derramaré el vaso.
La mesa se quedará pringosa. La dejaré así, da igual que vengan las moscas mientras sólo lleguen planeando por el aire en dirección a la leche medio seca y cortada que se posa sobre la mesa.
Me mudaré a la otra mesa, la de mi despacho, agotando el tiempo
mientras intento atrapar alguna cosa que me sirva de provecho.
Pienso que hace algún mes dejé mi cabeza en barbecho
Y es hora de cosechar algo que no he plantado.
Pasan las horas, me distraigo, me levanto, voy, vengo, tengo hambre,
comeré algo, pero mientras lo coma dejaré la mitad apartada, la comida no es un acto de fe, miro el plato y es demasiado, es como si mordisco a mordisco me acercara a una verdad que se aleja a medida que trago. La comida se me aparece delante como un milagro que me susurra -come y calla-.





Comiendo se callarán los demonios, masticando no podré hablar, ni siquiera mi cabeza podrá hablar. Cuando como compulsivamente la ausencia de dolor se me antoja como un gran placer, aunque no sea verdaderamente un placer, sino forzar a que una puerta que se tiene que abrir no se abra apoyándose contra ella y ejerciendo fuerza para que no salga disparado tras de ella un río de mierda. Y trago y trago y trago, comida porque antes he tragado otra clase de mierda costándome tanto vomitar toda la mierda que está dentro. Es como tirar más mierda encima para tapar la que verdaderamente no te gusta ver, es no arreglar las cosas, es como ponerte un apósito y tira que vas. Para limpiar una letrina no tienes que tirar más cosas encima para tapar, tienes que vaciarla. Pero no mirar el agujero y llenar y rellenar con cosas limpias, bonitas y apetecibles como todo tipo de comida es más sencillo. Al final se van a pudrir igual todas mezcladas. En realidad no es más que una manera de enconsetarse más. Porque las mujeres todavía hoy en día tenemos tendencia a encorsetarnos; es muy difícil cargarse una conducta tan arraigada durante siglos en nuestra cultura que no va de la mano de los progresos sociales que ha vivido nuestro género en el último siglo. Hay cosas que tardarán cientos y cientos de años en cambiar; como nos cuesta tanto luchar contra ellos las que nos hemos dado cuenta de que están allí y no queremos seguir sus dictámenes. Supone mucho esfuerzo y mucha fuerza de voluntad autorresetearse y volverse a programar, pero esta vez como crees que tienes que estar programada.






Pero el pastelito está ahí delante insinuándose, diciéndome “cómeme, ven, déjate llevar, pierde el control, sumérgete en el placer momentáneo”. Sucumbo y por un momento todo mi horizonte se queda en blanco. Un blanco que podría parecer la dulce calma que se supone que es la felicidad, pero que sin embargo es una calma viciada, es una cárcel-calma que encierra entre sus barrotes toda mi ansiedad y dolor.

Volveré a tragar mierda, en forma de pastelito de chocolate muy apetecible, tras lo que me querré cortar las manos, coserme la boca, sacarme el corazón, hacerlo a la plancha y para dejar de engullir lo último que haré será comérmelo y atragantarme hasta quedarme sin respiración. Esa es la manera desesperada que encuentro para parar mi autoboicot. No me tengo que culpar porque las cosas sean como están, no es culpa mía que tenga el corazón roto, no me tengo que odiar, ni sentir ridícula, ni idiota. Las cosas se acaban, la finitud es algo intrínseco a todo. ¿Por qué nos empeñamos en que todo tiene que durar hasta la eternidad y más allá? Ya que de perdidos a la mar por qué no tirarse al vacío. Si me atragantara probablemente mi vecino pensaría que no salgo de casa porque me paso el día viendo la televisión. La apariencia y la recreación virtual de los que creen que te conocen sin conocerte hacen florecer las ideas que no son más que ideas, algo que no es verdadero conocimiento.


Pero en vez de saltar al vacío bajaré, me compraré una vela para celebrar mi cumpleaños. Me ducharé, me arreglaré, me pintaré los labios de rojo. Me pondré el vestido más bonito que tenga. Encenderé la vela y la clavaré en una tartaleta. Me la pondré delante, me serviré una copa de cava de un benjamín, basta y sobra. Soplaré la vela y aunque me haya empeñado en disfrazarme seguiré viendo lo que hay debajo.
Finalmente me veré frente al espejo y veré mis dos partes de mí rasgadas, lejanas pero unidas. Rotas pero sin haberse visto reducidas a escombros. Soy como un espejo roto a cachos que no caen. Y lo peor de todo es casi no entender y pensar muchas cosas con fuego y comportarme como un robot o como una lobotomizada.
A partir de ahora sólo el viento de la noche me visitará cuando me vaya a acostar.

jueves, marzo 12, 2009

La noche de los horrores.



Anteayer fuimos mi amiga L. y yo al estreno de una versión de "El enfermo imaginario" de Molière fantástica. Hacía tiempo que no veía una obra de teatro que me divirtiera, gustara, hiciera salir las carcajadas más maléficas que tengo en el estómago en mucho tiempo, además desde la adaptación del texto a los actores pasando por las luces, vestuario y escenografía eran sobervios. Mejor no voy a estripar la obra, os la recomiendo ir a ver al teatro Fígaro-Adolfo Marsillach de Madrid y la veis vosotros y la disfrutáis también, que a parte, yo no tengo alma de crítica ni de teatro, ni de cine, ni de ná. Hay que ir.

Después de la maravillosa obra de teatro fuimos al cocktail del estreno y allí es dónde el espectáculo se desplegó.


Ay! Es que no tengo mucho tiempo para hablar ahora del tema, pero las fotos son un adelanto de lo que hablaré.... de la gente de la dolce vita desde el punto de vista de una chica sin aventuras erótico festivas en la ciudad procedente del extrarradio barcelonés que llegó a la conclusión tras ver el panorama que aunque la mona se vista de seda....




miércoles, febrero 25, 2009

El sabor de la traición




El sabor de la traición no se nota en las papilas gustativas, sino directamente en el estómago.


Mañana arrancamos otra vez con el blog.