lunes, enero 07, 2013

Ya es año nuevo y me pica un huevo




 La frase estrella ha sido "Feliz 2013, agárramela que me crece". Ojalá. Crecer, lo que se dice crecer, de momento no ha crecido nada más que tramas culebronescas recién llegadas con el nuevo año que, por otro lado, aparecen, crecen y se reproducen cuales champiñones de una huerta bien sulfatada.

Deseo que este año nuevo, a parte de estar lleno de paz, amor y purpurina de color, muchas otras cosas que no voy a decir, "crepi, crepi in bocca del lupo"- como dicen en mi amada Italia-.  De mis deseos personales no voy a soltar ni pescao, no vaya a ser que se me gafe la historia.

De todas formas, como no es un secreto, y ustedes bien lo saben, este año, como siempre, no hace falta que estrenemos un año con una única rima de cuestionado buen gusto,  les deseo todo lo mejor. Además justo en este momento aprovecho para enviarles mis felicitaciones y mis mejores deseos en forma de la primera y probablemente última entrada del año de este poco prolífico blog. Podría ser hasta algo romántico, como de novela decimonónica- ahora estoy y te abandono- pero lejos de ser esta la realidad la cuestión es que me he vuelto vaga. Ultimamente comulgo más con las microentradas que ofrecen otros lugares donde escribir cosas que sólo sirven para entretener al personal, entre ellos a mí misma, y para que ocupen bytes en algún lugar del espacio y tiempo de este planeta que no logro comprender por muchas cuestiones que no narraré. Así que bien, amigos, para este año os hago llegar mis saludos y mis bendiciones, así, de esta guisa, parafraseando a Sandro Rey y con esta misma pose con la que nos seduce el siempre misterioso e hierático muchacho. No colgaré foto, porque ese acto de contorsionismo que realiza, no creo que se deba hacer en público.

Lo dicho, amigos, saludos y bendiciones.