
Yo de estas dos afirmaciones de la sabiduría popular de los dos países saco la conclusión de que el cuerpo acaba estigmatizado por todo lo que le sucede al alma. El alma es tan sensible a lo bueno y a lo malo que no sé de qué manera bizarra llega a sugestionarse en la cara y también en el cuerpo llenándolo de golpes o de caricias. Es por eso con que mirando una cara u observando una expresión corporal, por mucho que utilicemos disfraces de todo tipo se nos abre de par en par las puertas del alma de ese cuerpo. Y es que por más que intentemos negar la evidencia caminamos por la vida desprotegidos y desnudos al amparo de la gente que no sea capaz de captar la topografía de nuestra alma.
1 comentario:
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